Tras unos días de protestas y descontento en la mayoría de la población, el presidente Luis Abinader anunció el pasado sábado el retiro de la reforma fiscal.
“Estoy procediendo entonces a solicitar el retiro inmediato del proyecto de Ley de Modernización Fiscal de la agenda del Congreso Nacional”, anunció el presidente.
Esta reforma, entre otras cosas, pretendía incrementar retenciones sobre los honorarios y premios por juegos de azar; eliminaba incentivos al sector turismo, modificaba artículos para subir impuestos y, lo más importante, quería reestructurar el impuesto sobre la propiedad.
Pero la reforma fiscal no pudo avanzar y lo ocurrido aquí no es exclusivo, pues en América Latina han sido varios los escenarios de procesos como estos.
¿Cómo han influido las reformas fiscales en otros países de Latinoamérica?
En Colombia hubo muertos
Colombia tropezó con varias decisiones. En primer lugar, intentó aplicar la reforma fiscal en plena pandemia, en 2021. Además, estas medidas significaban dos grandes polémicas: Por un lado, un impuesto del 10 % a los ingresos de personas a partir de 374 dólares, con un salario mínimo de 248 dólares. Por otro lado, aumentar el IVA a los productos básicos cuando el país se encontraba con cifras de desempleo altas.
Todo salió mal. Según informó la Defensoría del Pueblo de la región, en las protestas hubo al menos 19 muertos y más de 800 heridos. Tras esto, el presidente Iván Duque retiró la reforma.
Uruguay, un modelo distinto
En 2006, a los uruguayos les tocó afrontar una reforma fiscal que modificó completamente el sistema tributario vigente. Lo que diferencia esa reforma de la que se quería aplicar en República Dominicana es que no tenía como meta aumentar la recaudación.
Dos de las medidas más importantes fueron bajar los impuestos indirectos al consumo e incentivar a la inversión disminuyendo impuestos a las empresas. Como anuncia el CEPAL, en términos fiscales el efecto fue neutro y tuvo favorables efectos en la clase media.
Chile, que los ricos paguen más
En 2014, Chile aprobó una reforma fiscal importante que pretendía recaudar el 3 % del PIB. Estas medidas se centraron en el alza de los impuestos a las empresas y la disminución de los impuestos a las personas.
Estas medidas tuvieron el siguiente efecto: Las personas con más ingresos aportarían más a la recaudación. Además, se aumentó el impuesto a la renta de las empresas del 20 % al 25 %.
Esta reforma aumentó la equidad en el sistema tributario, teniendo un impacto positivo en la distribución del ingreso de las personas. Antes de esta reforma, el 25 % del impuesto total recaudado era pagado por casi 12,000 contribuyentes. Después de la reforma, el 25 % era pagado por 1,411 contribuyentes, es decir, unas 10,000 personas menos.
¿Es urgente una reforma fiscal en América Latina?
RFI entrevistó al economista Ricardo Martner acerca de este tema. “Todos sabemos que la desigualdad en América Latina es un problema estructural y crónico y que hay una conciencia creciente de que eso se resuelve de a poco, pero con medidas, con reformas”, expresó el economista.
Es decir, son necesarias las reformas fiscales, sí. Sin embargo, tienen que hacerse atendiendo dos factores importantes. “Primero, la distribución del ingreso. Somos el continente más desigual del mundo. Eso es irrefutable. Y lo segundo es que la pobreza también ha aumentado fuertemente en nuestra región y hay que tomar medidas para reducirla”, determinó.
Juan Ariel Jiménez, economista dominicano, propone alternativas para reducir evasión fiscal
El economista y profesor de Harvard, Juan Ariel Jiménez, señaló que la solución al problema fiscal debe iniciar por reducir la evasión, antes de pedirle más sacrificios a la clase media.
Jiménez expresó que la evasión no solo es posible, sino que podría aumentar las recaudaciones significativamente sin poner más carga sobre la clase media, indicó que si República Dominicana lograra alcanzar la misma eficiencia recaudatoria del ITBIS que tiene Costa Rica, se podría aumentar los ingresos en un 1.7% del PIB, una cifra mayor a lo que la reforma pretendía recaudar.
“Para lograr esto, necesitamos una combinación de tecnología, mejoras en la administración tributaria y un poco de creatividad”, señaló.
La fusión de la autoridad tributaria y aduanas: el caso de Perú
El exministro de economía destacó el caso de Perú, que en 2002 decidieron fusionar la autoridad tributaria con la de aduanas, creando una sola entidad para manejar tanto los impuestos internos como el comercio exterior. Como resultado, la recaudación aumentó en un 1% del PIB y el contrabando bajó del 4.5% al 1.5% en cinco años”, explicó.
Señaló que una fusión entre la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) y la Dirección General de Aduanas (DGA) podría generar resultados similares, simplificando procesos, mejorando el control y, sobre todo, aumentando la recaudación sin necesidad de aumentar los impuestos.
Tecnología para detectar evasión: el caso de Australia
Jiménez puso como ejemplo a Australia en el uso de tecnologías avanzadas para detectar evasión, destacó que en ese país la inteligencia artificial se utiliza para analizar millones de transacciones y detectar comportamientos sospechosos de evasión fiscal, una medida que ha permitido identificar fraudes fiscales por más de 2,500 millones de dólares en un solo año.
“Sería idóneo un sistema similar en República Dominicana, donde la inteligencia artificial pueda cruzar información de ingresos, gastos y activos de personas y empresas para detectar discrepancias. El gobierno pudiera acercarse al OCDE para establecer mecanismos de cooperación técnica que nos permitan aprender de esas buenas prácticas”, dijo.
Caso creativo y exitoso de reducción en evasión de Brasil
Jiménez destacó el caso de Sao Paulo, Brasil, donde tuvieron en 2007 la idea de la «Nota Fiscal Paulista», que consiste en que por cada compra, los consumidores reciben incentivos para pedir facturas, participando en sorteos y obteniendo reembolsos de hasta el 30 % del IVA pagado; medida que ayudo´ a educar a los consumidores sobre la importancia de pedir facturas y también redujo la evasión de manera significativa.
“Una versión dominicana de este programa, en donde cada factura fiscal incluya un número de lotería, dándole al consumidor la oportunidad de ganarse diariamente un premio de hasta 1 millón de pesos, sería una medida factible”, dijo.