No todo en el país es política, economía, ni tensiones como las que brotan cuando por medio de un proyecto de ley de modernización fiscal el Estado se propone sacar dinero del bolsillo de la gente para atender necesidades relacionadas con la deuda, prestación de servicios e inversión.
Son cosas serias que ameritan espacio y tiempo para dirimirlas. Pero las hay de otra índole, también dotadas de relevancia. Veamos.
Alguien, desconocido, me hace llegar en papel de estraza estrujado las líneas que siguen:
“Distinguido señor Eduardo García Michel, a ustedes los mocanos, ese pueblo “agentao” del Cibao, les ha dado por tomarse en serio el calificativo que les han impuesto de secos, sacudidos y medidos en buen cajón, y ahora lo quieren patentar. No es cierto que todos lo sean, pero en sentido general responden a esas características.
Desde un tiempo acá les ha dado por proclamar inmortales en acto solemne a gente de carne y hueso, vivos o muertos.
A esos fines, han creado un templo, todavía virtual, quizás físico mañana, que desarrolla una ceremonia en la que llevan a cabo una especie de ritual. Allí exaltan a determinados ciudadanos para que la fama que los envuelve, a tenor de lo que ustedes dicen, sea buen ejemplo para las nuevas generaciones.
En todo esto no hay nada malo, aunque no deja de ser pretencioso. El asunto es que persisten en su idea cual si una obsesión superior los guiara.
Hasta la fecha han inmortalizado a 83 ciudadanos y a dos agrupaciones patrióticas (26 de Julio y el grupo mocano del 30 de Mayo). Es mucha gente para un pueblo pequeño, reclaman algunos. Pero siguen en sus trece, dale que te pego.
Algunos enarbolan la justificación de que se necesita formar una constelación de valores que guíe los pasos de la juventud. Vana elucubración.
En ese afán van a celebrar el próximo 27 de octubre, en el Teatro Don Bosco de Moca, el décimo primer ceremonial. Allí reconocerán a 14 personalidades con méritos demostrados en los renglones de patriotismo, ciencia, desarrollo municipal, promoción humana, desarrollo municipal e industrial, deportes, cultura, música.
Los nominados son Francisco Antonio (Tito) Salcedo, héroe de Beller y de la guerra de independencia; los doctores Carlos y Antonio Rojas Badía, médicos eminentes; Joaquín Pelayo Rancier, auspiciador de la telefonía en Moca y otros pueblos; el sacerdote Juan Miguel Vicente Martín, apóstol de la juventud mocana; don Martín Cruz, creador de las famosas galletas de jengibre y de suspiros, marca nacional.
En adición, Ana Hottese Taveras, récord nacional en su época en 400 metros planos; el poeta Octavio Guzmán Carretero y su inolvidable libro Solazo; la familia Ramírez Campos y Fuertes, destacados músicos; y el extraordinario padre Antonio Flores, constructor de la monumental iglesia Sagrado Corazón de Jesús.
Mi queja estriba en que el Templo de la Fama de la provincia Espaillat hace lo que hace solo porque recibe apoyo de instituciones respetables del mundo financiero, empresarial, cooperativo y de colaboradores en general. Considero que es como coger los mangos bajitos, en vez de los encumbrados. Pongan ustedes el dinero y celebren lo que quieran, y todos en paz.
Este año llevan como presidente de honor a Luis Molina Achecar, el más alto ejecutivo del Centro Financiero BHD. El año pasado tuvieron en ese rol a José Mármol, vicepresidente Ejecutivo del Banco Popular Dominicano.
En períodos anteriores ese papel lo asumieron personalidades de alto copete como José Joaquín Puello, Frank Moya Pons, José Rafael Lantigua, Luisín Mejía, Nelly Manuel Doñé, Ellis Pérez, Rafael Solano y Abigaíl Cruz Infante. Se las traen estos “jinchaítos”, como les dicen, dizque de “cariño”.
A eso no tengo nada que replicar, pero me parece que han ido muy lejos en sus pretensiones. Creen que Moca es el país, cuando tan solo ocupa una pequeña porción de su territorio.
En su dirección tienen a gente que se esmera en aparentar que poseen nombre establecido. Por ejemplo, lo preside usted, a quien dirijo esta nota, y lo integran además José Rafael Vargas, Rafael Castillo, José Rafael Lantigua, Luis Fernando Gutiérrez, Nelfa Ferreras, Dorca Balcácer, Olga Espaillat, José Alberto Cruceta, Gabriel Guzmán Marcelino y Carlos Salcedo.
Por ahora, sepa esto: ¿Y qué? No se unten tanto, presuntuosos.”
Tal vez sea ficción o quizás no. El Templo de la Fama de la Provincia Espaillat es una realidad. Ojalá otros pueblos lo constituyan. Servimos con desinterés y orgullo a nuestra comunidad y agradecemos el apoyo que recibimos de patrocinadores y colaboradores. El país necesita reforzar su escala de valores y proyectarlos con intensidad para que penetren en los resquicios más profundos de la juventud.