El presidente Luis Abinader dijo este lunes que espera, en los próximos días, reunirse con los representantes de los hoteles y restaurantes para tratar las preocupaciones que han expresado sobre la propuesta de reforma fiscal, que plantea quitarle los incentivos y aplicarle al sector un incremento de impuestos.
El mandatario habló del tema en LA Semanal con la Prensa, al responder la siguiente pregunta: ¿Tiene el gobierno intenciones de desarrollar el turismo por otros polos, que no sea el este, o sea, que las excepciones fiscales de turismo se mantengan por zonas, como ocurrió en su momento en Puerto Plata?
“Mira, esa es unas de las posiciones que los hoteles y restaurantes han planteado, y nosotros esperamos reunirnos con ellos en los próximos días, así como con muchos otros sectores también, para ver cómo buscamos una solución”, expresó el presidente.
- Dijo que en el caso de Pedernales y Montecristi está el incentivo de desarrollo fronterizo, que prácticamente tiene las misas condiciones que tenía Confotur (Consejo de Fomento Turístico). «Pero vamos a analizarlo esa parte, y escucharlos a ellos».
En la propuesta de reforma fiscal presentada el pasado lunes y sometida al Congreso Nacional el martes, se eliminan artículos clave de la ley 158-01 de incentivos al desarrollo del turismo que data del año 2001 y fue modificada varias veces posteriormente.
Las sugerencias relacionadas con el turismo son parte de las doce reformas que propone el gobierno y tocan los «párrafos II, III y IV del artículo 1; el artículo 2; el párrafo único del artículo 3; y los artículos 4, 5, 6, 7 y 14 de la Ley No. 158-01 de Fomento al Desarrollo Turístico y sus modificaciones (Confotur)».
Asonahores: tendría «consecuencias fatales»
La semana pasada, el sector turístico, a través de la Asociación de Hoteles y Turismo (Asonahores), se unió otros renglones de la economía que rechazan la eliminación de los incentivos incluidos en el proyecto.
David Llibre, presidente de Asonahores, advirtió sobre «las consecuencias fatales» para el turismo si este sector no cuenta con el apoyo del Gobierno.
«Con el impulso de nuestra primera ley de incentivos, aprobada en 1971, destacamos en la región del Caribe. Para 1990, rozábamos el primer millón de turistas y duplicamos la oferta habitacional en solo cinco años, superando las 19 mil habitaciones. Así llegamos al inicio del presente siglo con 2.4 millones de turistas y más de 51 mil habitaciones. Ya éramos un destino a tener en cuenta», recordó Llibre.
- Llibre indicó que una prueba fehaciente de lo que ocurriría con el turismo dominicano, en sentido general, fue lo que sucedió con Puerto Plata, que tuvo años gloriosos logrando la llegada de 785 mil turistas en el 2000.
«Puerto Plata pasó de destino maduro a la congelación de las inversiones por más de 10 años», manifestó.