El turismo se ha posicionado como la principal actividad económica de la República Dominicana, pero es debido al efecto multiplicador de la industria: sus resultados directos, indirectos e inducidos le han llevado a aportar casi el 20 % del producto interno bruto (PIB) del país
Cuando se observan los aportes que el turismo inyecta a la economía dominicana de manera directa –excluyendo el impacto indirecto e inducido que genera la industria a través de sus compras a otros sectores del segmento servicios, y los empleos generados producto de ese encadenamiento productivo–, estos representaron un 6.9 % del PIB en el 2023, de acuerdo a estimaciones de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores).
Aunque este porcentaje ha ido creciendo a lo largo de los años, esta cifra tuvo una fuerte caída con la pandemia del covid-19, por lo que ese 6.9 % es apenas un punto porcentual más que lo que aportó la actividad turística al PIB para el 1996, conforme a los datos presentados este jueves por el gremio hotelero.
Su presidente, David Llibre, resaltó este dato en una rueda de prensa con periodistas, en la que explicó que la derogación de la Ley 158-01 de Desarrollo al Fomento Turístico, como plantea el proyecto de reforma fiscal, impactaría no solo a los complejos hoteleros que quieran invertir en la República Dominicana, sino también a todo el encadenamiento productivo alrededor del turismo, que supera los aportes directos de la actividad a la economía dominicana.
Explicó que los aportes inducidos a la economía dominicana representan alrededor de 9.6 % del PIB, mientras que los indirectos son el 2.8 %, sumando contribuciones equivalentes al 19.3 % del producto interno.
“Siempre hemos hablado de esas cifras, de entre 16 % y 19 % del PIB, pero eso es cuando sumamos de forma directa, indirecta e inducida (…), el turismo tiene una derrama económica mayor que otras industrias”, recordó Llibre.
El ejecutivo indicó además, que el turismo es un sector que aporta a la estabilidad cambiara, inyectando dólares a través de la inversión extranjera directa (IED) en proyectos e iniciativas para apuntalar al sector.
Explicó que, si bien el turismo dominicano ha crecido de manera importante en los últimos años, tanto el sector público como el sector privado deben pensar en conjunto en las estrategias a generar para incrementar su flujo turístico.
Si bien la llegada de 10 millones de visitantes en el 2023 representa una meta lograda, esta cantidad representó solo el 0.6 % del total de turistas a nivel global, que suma los 1,406 millones de personas en todo el mundo.
“Se ha dicho que hemos alcanzado un nivel de madurez, sin embargo, estamos dando pasos de bebé. Estamos gateando, tenemos todo por delante, todo por hacer”, puntualizó.
Un parón al crecimiento
Llibre sostuvo que, por estas razones, se deben analizar cómo afectaría la derogación del actual esquema de incentivos, más allá del sector turismo, a toda la economía dominicana.
“El turismo no es solamente un complejo hotelero, el turismo inmobiliario o un paquete de excursiones, es todo el encadenamiento productivo que genera, son todas esas empresas a las que el turismo les compra, que les permite mantener su personal”, remarcó, insistiendo que ese es el modelo sobre el que ha versado la economía dominicana.
“Nosotros somos un país turístico”, zanjó, recordando que la República Dominicana compite con otros 24 países en América Latina y el Caribe que cuentan con exenciones fiscales que buscan atraer el capital extranjero a sus destinos turísticos.