Si te preguntan quiénes son más fieles, es probable que, sin pensarlo demasiado, respondas: ¡los hombres! Sin embargo, te sorprenderá saber que, en la actualidad, la brecha entre los casos de infidelidad masculina y femenina es mucho más estrecha de lo que parece.
Así lo confirma la ciencia: estudios recientes sugieren que la diferencia entre ambos géneros se ha acortado de manera significativa. De hecho, una investigación realizada por la Universidad Estatal de Missouri, en Estados Unidos, concluyó que las mujeres son más propensas a ser desleales a su pareja que los hombres.
“Aunque históricamente se ha creído que la infidelidad masculina es más común, la infidelidad femenina ha aumentado, y hoy en día las diferencias en cuanto a la frecuencia entre hombres y mujeres son cada vez menores”, confirma el psicólogo Julio César Sánchez, terapeuta familiar y de pareja de @mentalmenterd.
Las razones detrás de la infidelidad femenina
Para comprender mejor la infidelidad, es fundamental reconocer que no se limita únicamente a lo que generalmente se entiende por este término.
“La infidelidad es cualquier acto que, en un momento, es representativo y exclusivo de una persona con su pareja, pero que comienza a realizarse con otra persona sin previo acuerdo con la otra parte de la relación”, explica el profesional.
“Por eso, es común que algunas personas se sientan celosas o traicionadas al descubrir que su pareja ha compartido fotos, mensajes (íntimos o no), secretos, ideas o incluso dinero con alguien más”, continúa.
Entre los distintos tipos de infidelidad cita la física, la virtual o cibernética, la económica, la fantasiosa y la emocional, esta última considerada por muchos la más preocupante de todas.
Ahora bien, ¿qué las lleva a engañar a sus parejas? El comportamiento infiel de las mujeres suele estar relacionado con factores emocionales. “A menudo, en consulta, escucho a mujeres que sienten que no están recibiendo la atención, el afecto o la validación emocional que necesitan dentro de su relación actual”, comparte Sánchez.
En ocasiones, también puede ocurrir como acto de venganza, tras descubrir que han sido traicionadas. “La infidelidad, en estos casos, se convierte en una forma de llenar ese vacío emocional”, asegura.
Otras razones que las mujeres externan en consulta son la desconexión con la pareja, el sentirse subvaloradas, la insatisfacción sexual dentro de la relación y el deseo de experimentar algo nuevo.
Si bien ninguno de estos motivos justifica la deslealtad, el profesional sostiene que hay que comprender que detrás de esta conducta muchas veces hay emociones no expresadas o necesidades no satisfechas que influyen en la toma de decisiones.
¿Sanar es más difícil para el hombre?
En resumen, la respuesta es sí. Aunque la sanación tras una infidelidad, ya sea masculina o femenina, siempre es un proceso complicado, en muchas culturas persisten estigmas asociados con la infidelidad femenina, lo que puede hacer que sea más difícil de superar para algunas parejas.
“En algunos casos, los hombres perciben la infidelidad de una mujer como más dolorosa debido a la creencia de que las mujeres se involucran emocionalmente en sus aventuras o por la idea de que las mujeres no deberían ser infieles», indica el psicólogo, asegurando que para algunos hombres la traición física es más fácil de superar.
Ahora bien, esto no implica que la infidelidad deje una herida irreversible; lo que realmente se necesita es la voluntad de ambas partes. “La capacidad de sanar depende de la disposición mutua para trabajar en la reconstrucción de la confianza y la mejora de la comunicación”, afirma Sánchez.
Recomendaciones de experto
A los hombres que han enfrentado la infidelidad de su pareja, el profesional aconseja:
- Permitirse sentir y procesar el dolor. La infidelidad puede ser devastadora para la autoestima y la confianza, por lo que es fundamental reconocer esas emociones de traición y decepción.
- Abrir un espacio de diálogo con la pareja. Esto es crucial para entender las circunstancias que llevaron a la infidelidad, sin que esto signifique justificar el acto. El proceso puede ser difícil, pero es necesario para obtener claridad y tomar decisiones respecto al futuro de la relación.
- Buscar acompañamiento de un terapeuta de pareja, el cual puede ser de gran ayuda para facilitar la comunicación y promover la sanación, en caso de que estén dispuestos a continuar juntos.
- Por último, si deciden seguir adelante, ambos deben comprometerse a trabajar en los aspectos que fallaron en la relación para evitar que situaciones similares se repitan. “El perdón y la reconstrucción de la confianza son procesos que requieren tiempo, paciencia y esfuerzo mutuo”, concluye.