La situación que enfrentan los estudiantes de La Florida, en San Juan, es un recordatorio desgarrador de las desigualdades que aún persisten en el acceso a la educación en República Dominicana.
No se trata solo de la falta de transporte adecuado o de infraestructuras deficientes, como la inexistencia de un puente sobre el río Arroyo Prieto, sino del enorme sacrificio diario que hacen estos jóvenes para llegar a la escuela.
Es inadmisible que en pleno siglo XXI niños tengan que cruzar ríos y viajar en condiciones lamentables, cuando se dedica el 4 % del PIB a la educación.
Los esfuerzos comunitarios, de los padres y el aporte del ayuntamiento del lugar no son ni serán suficientes para garantizar la seguridad y el derecho a la educación de estos estudiantes.
Las autoridades tienen el deber de priorizar una mejora urgente en los caminos y la construcción de un puente seguro para que estos estudiantes y sus padres transiten a diario.
Cada día que pasa sin una solución es un día en que se pone en riesgo la vida de estos niños y de sus familiares, un costo que no se puede permitir una sociedad como la nuestra.