El gasto en nóminas de los departamentos de Comunicación del gobierno dominicano refleja una estructura inflada que despierta serias preguntas sobre la eficiencia y la transparencia en el uso de los fondos públicos.
Con más de mil empleados distribuidos en los ministerios y el Palacio Nacional con un gasto mensual aproximado de 74.7 millones de pesos, se podría pensar que se está operando más como una maquinaria burocrática que como un equipo de comunicación efectivo. Solo en el Palacio hay 573 empleados en esta área lo que cuesta al Estado 33.9 millones de pesos al mes. Encima se llevan a personal que le costó años de preparación a los medios de comunicación, lo cual es competencia desleal.
Aunque la función de estos departamentos es crucial para garantizar la fluidez informativa entre el gobierno y la población, resulta difícil justificar un personal tan numeroso, especialmente cuando los medios impresos han notado una drástica disminución en la publicidad estatal.
Es obvio que se necesita una revisión profunda de estas nóminas para optimizar recursos, reducir duplicidades y asegurar que los fondos se empleen para el beneficio directo de la población, pues muchas nóminas tienen más personas que las redacciones de los periódicos.