Luis Abinader sorprendió al auditorio con su posición firme sobre Venezuela. Su apoyo a las fuerzas democráticas le valió los aplausos más nutridos en su jura. En señal de aprobación, los asistentes se levantaron de sus asientos mientras batían las palmas con brío.
No todos, sin embargo. El canciller de Colombia, la representante de México y la presidenta de Honduras no aplaudieron. Se quedaron tranquilitos en sus asientos. La democracia tiene diferentes acepciones por lo visto.