Los vendedores que ofertan productos y servicios a los bañistas en la playa de Boca Chica y zonas aledañas dicen estar en peligro de desalojo. El Sindicato de Trabajadores Playeros de Boca Chica (SINTRAPLABCH) se reunió la mañana de este sábado para denunciar que las autoridades municipales los están echando de la zona.
Estos trabajadores, que ofrecen a los visitantes mesas y comidas a precios más asequibles que los restaurantes, están siendo atacados por los líderes del PRM que ellos mismos escogieron en las pasadas elecciones, por lo que dicen que, además de perder sus trabajos, se sienten traicionados.
La reunión del sindicato
A las 10:00 de la mañana, se reunieron en la playa de Boca Chica decenas de trabajadores para protestar. Antes de empezar la reunión, todos se levantaron para hacer una oración. Luego, David Guzmán, uno de los líderes del sindicato, tomó la palabra:
“El actual alcalde, Ramón Candelaria, quiere, por desgracia de nosotros los trabajadores, hacer un ‘quítate tú para ponerme yo’. Nosotros tenemos en esta área alrededor de 33 años”, expresó Guzmán.
Candelaria, del PRM, recibió los votos de la mayoría de estos trabajadores. Sin embargo, ellos denuncian que una vez en el poder tiene la intención de echarlos de la playa, acabando con la forma de ganarse la vida de decenas de padres y madres de familia.
“El alcalde quiere que nosotros saquemos nuestras sillas en las que llevamos 33 años para él poner las suyas”, concretó Guzmán. Si así fuera, un líder electo por el pueblo estaría quitando el trabajo a sus electores para llenarse los bolsillos.
“El alcalde es un dictador”
Juan Caminero, otro de los representantes del sindicato, tomó la palabra, indignado por la situación que están viviendo.
“Yo quiero hacerle un llamado al señor presidente, que él parece que no está enterado de esto”, empezó diciendo.
Aseguró que están desamparados por las autoridades locales. «El señor Ramón Candelaria es un dictador. Él quiere echarnos de aquí sin hablar con nosotros, sin llegar a un acuerdo”, sostuvo.
Tras estas palabras, indicó que allí hay 34 padres de familia que perderían el trabajo. Y preguntó: “¿Dónde va a ubicarlos?”.
“Nosotros votamos al PRM”
Julio César Herrera también forma parte del sindicato y la asociación de vendedores. “Me da pena y vergüenza el momento que nosotros estamos pasando en Boca Chica. Porque nosotros a ese caballero, a través del PRM, lo votamos”, expresó Herrera.
La impotencia de estos trabajadores es doble, pues su atacante, la persona que les pretende quitar el trabajo, es del partido por el que votaron. Además, durante el proceso de campaña la realidad era muy distinta.
Herrera contó que durante la campaña de las elecciones “no molestaba mucho con nosotros, decía que no nos iba a sacar de la playa, incluso que era vecino de nosotros e iba a ser un aliado”. Pero parece que esas promesas no eran reales. Ahora se ven al límite de perder sus empleos.
El llamado al presidente
Entre murmullo de la multitud de manifestantes, indignados por esa «traición», uno de los humildes trabajadores, Jonathan, se levantó para expresar su postura.
“Hago un llamado al presidente de la República, al señor Luis Abinader Corona, que venga en nuestro auxilio. Somos hombres honrados, no somos delincuentes”, dijo, preocupado.
Acto seguido, dio unos pasos hacia al lado, acercándose a uno de los carteles con la lista de platos y bebidas que ofrecen a los visitantes.
“Este es el menú que nosotros tenemos. Asequible al ciudadano. Nosotros no tenemos precios alterados”, señaló Jonathan.
Esta es la lista de lo que ofrecen los vendedores en la playa de Boca Chica. Si bien es verdad que los precios son altos, pues un pescado 750 pesos no los vale, sus precios son inferiores a los que ofrecen los restaurantes. Eso los convierte en el recurso ideal de aquellos dominicanos que no tienen mucho dinero y quieren disfrutar de un día de playa.