Desde el comienzo de su mandato, el presidente Luis Abinader ha sido reconocido por hablar mucho, quizás más de lo que la prensa estaba acostumbrada con los últimos gobernantes.
Y desde el año pasado, cuando comenzó a celebrarse cada lunes LA Semanal con la prensa, la interacción del mandatario se convirtió en algo casi cotidiano.
Pero las cosas parecen ir cambiando por los predios de la casa de Gobierno, o al menos en la forma en que se quiere que el gobernante entre en contacto con los periodistas.
Y es que desde hace unas semanas, para las actividades cotidianas a las que Abinader asiste semanalmente, ya sea inauguraciones, primeros picazos o cualquier otra rueda de prensa, los coordinadores de medios se han dado a la tarea de solicitar la cédula para los comunicadores que harán acto de presencia y Abinader pocas veces habla en esos actos y sale sin pasar ni cerca de la prensa.
¿A qué se debe tanto recelo con el presidente?
¿Se busca limitar el contacto con los periodistas a LA Semanal o pasa algo que con relación a la seguridad del mandatario que no sabemos?
Sería bueno que se aclare, porque eso genera curiosidad.