La aprobación del proyecto de ley de un nuevo Código Penal en el Senado es una vergüenza por todo lo que trae esta “herramienta” que, más que aportar, representa un horroroso retroceso en materia de derechos para las mujeres, los niños, la lucha contra la discriminación y también contra la corrupción.
Pero no se puede esperar algo distinto porque, como dice el dicho, no se le puede pedir peras al olmo.
Solo hace ver las declaraciones del cinco veces electo diputado Eugenio Cedeño, representante de La Romana, para darse cuenta de que no se puede anticipar algo más que un adefesio como el que se aprobó en el Senado, sin leerlo, y ya corre en la Cámara de Diputados, enviado a Comisión directo sin tener que someterse a lectura o revisión.
Según Cedeño, un hombre tiene derecho a embarazar a su esposa en contra de su voluntad y no debe suceder nada.
El mismo legislador entiende que la ley 24-97 es la culpable de todos los hechos de violencia en contra de la mujer que suceden en la República Dominicana.
Como Cedeño hay muchos otros legisladores en ambas Cámaras. Esperar un Código Penal distinto al aprobado es pedir peras al olmo.