Las Pruebas Nacionales son el diagnóstico de la capacidad de enseñar de los maestros dominicanos. Son el examen público de su desempeño y entrega. Son la nota que alcanzan a través de las calificaciones que logran sus alumnos. Las Pruebas Nacionales explican qué saben y qué no saben los profesores, en qué centros educativos se aprende y en cuáles no. Son los exámenes con los que la sociedad puede examinar a los docentes. No son los alumnos, son los maestros los que deben verse reflejados en esos resultados.
Si todos los alumnos dominicanos, año tras año, se queman en leer y escribir, en matemáticas y ciencias… son los profesores los que fracasan. Las promociones pasan, los maestros permanecen y los resultados de las Pruebas no mejoran. Saquen las conclusiones.
Por eso las Pruebas Nacionales tienen que seguir haciéndose, porque son el registro público que la sociedad tiene para medir la evolución en el tiempo de las capacidades pedagógicas de los maestros. Son el termómetro del uso del 4% del PIB que los ciudadanos pagan con sus impuestos, con su trabajo diario.
El futuro del país son generaciones de alumnos que reciben una educación mediocre que nos sale muy cara. Cualquier control, examen o prueba que permita dar un seguimiento debe permanecer, mejorarse y producir consecuencias.