Cualquiera diría que en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se copiaron al calco la estrategia usada por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien puso en duda su continuidad en el puesto en duda sólo para lavar su cara y levantarse con nuevos aires políticos.
En el PLD el cuento es el mismo, supuestamente Danilo Medina dejará la presidencia de la colectividad, pero lo que ha surgido después de eso es toda una ola pidiéndole que se quede en la dirigencia.
La mejor prueba de que Danilo se quedará es que nadie se ha lanzado a desafiarlo y, aunque alguno surgirá, de seguro será una persona que no tendrá ninguna posibilidad de vencer al expresidente.
La estrategia del PLD es evidente y su apuesta nada tiene que ver con una renovación profunda de su liderazgo político. Es que a la vieja dirigencia no le conviene, sobre todo a Danilo, que pronto perderá la inmudidad que le ofrece el Parlacen y quedarse desprotegido es abrirle un frente poderoso a la Pepca.
Aquí tendremos a Danilo como candidato presidencial del PLD en las próximas elecciones, llueve, truene o ventee. No es lo que le conviene ni es saludable para el partido morado, pero sí para Danilo.