El presidente Luis Abinader acaba de ser reelecto hace apenas cuatro días y faltan tres meses para que comience su segundo período y ya comienzan las pujas para saber quién será el candidato en el 2028.
El mandatario dijo en su discurso de triunfo el pasado domingo que la del 2024 era definitivamente su última vez en una boleta y que su legado será no modificar la constitución para beneficio propio, como sucedió en el 2004, 2010 y 2015.
Eso ya ha abierto las puertas para la batalla interna en el Partido Revolucionario Moderno, para determinar quién será el heredero o la heredera de Abinader.
Las redes se llenaron de comentarios relacionados a los diputados que fueron apoyados por ciertos funcionarios oficialistas y conquistaron plazas, principalmente en la circunscripción número 1 del Distrito Nacional.
Mientras tanto, todo el mundo habla de si será Eduardo Sanz Lovatón, Carolina Mejía, David Collado, José Ignacio Paliza o Wellington Arnaud el que se calce los zapatos de Abinader en cuatro años.
Si el PRM no quiere correr la misma suerte del PRD, en 1986 y 2004, quizás debería usar una estrategia distinta esta vez.