El gluten es una proteína compuesta por gliadina y glutenina, que se encuentra predominantemente en el trigo, la cebada y el centeno. En la última década, el gluten ha sido objeto de controversia, con muchas personas eligiendo dietas sin gluten por razones no justificadas.
Para entender por qué se ha satanizado y si realmente es necesario eliminarlo de la dieta, es crucial analizar la evidencia científica actual y las implicaciones para la salud.
¿Por qué se ha satanizado el gluten?
El problema con el gluten comenzó en gran parte debido al aumento de los diagnósticos de enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC). La enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune en la que la ingesta de gluten daña el revestimiento del intestino delgado, lo que lleva a una malabsorción de nutrientes.
La SGNC, aunque no está completamente entendida, se refiere a individuos que experimentan síntomas similares a los de la enfermedad celíaca, pero sin el daño intestinal característico.
La popularización de dietas libres de gluten también se ha visto impulsada por celebridades y libros de dietas que afirman que eliminar el gluten puede llevar a una pérdida de peso y a una mejor salud en general.
Para las personas con enfermedad celíaca, eliminar el gluten de la dieta es esencial. La exposición continua al gluten en estos individuos puede llevar a complicaciones graves, como desnutrición, osteoporosis y un mayor riesgo de linfoma intestinal.
La evidencia científica es clara en que la única manera de manejar la enfermedad celíaca es mediante una dieta estricta sin gluten.
Evidencia científica actual
La mayoría de la población puede consumir gluten sin ningún problema. Estudios han demostrado que solo alrededor del 1% de la población tiene enfermedad celíaca y un 6% puede tener SGNC. Para el 93% restante, el gluten no representa un riesgo para la salud.
De hecho, los granos que contienen gluten son una fuente importante de nutrientes, como fibra, vitaminas del grupo B, hierro y magnesio.
Un estudio publicado en la revista Gastroenterology en 2020 evaluó los efectos de una dieta sin gluten en individuos sin enfermedad celíaca ni SGNC y encontró que no hubo beneficios significativos en términos de salud digestiva o bienestar general.
Además, seguir una dieta sin gluten sin necesidad médica puede llevar a una menor ingesta de nutrientes esenciales y a un aumento en el consumo de alimentos procesados sin gluten, que a menudo son altos en azúcar y grasas saturadas.
Con respecto al autismo, la teoría de que una dieta sin gluten (y sin caseína) podría mejorar los síntomas del autismo ha ganado popularidad, especialmente entre padres de niños con autismo.
Sin embargo, revisiones sistemáticas y meta-análisis, como uno publicado en Journal of Autism and Developmental Disorders en 2017, han encontrado que la evidencia no es concluyente. Algunos estudios muestran una mejora en los comportamientos gastrointestinales y conductuales, mientras que otros no encuentran ningún efecto.
Por lo tanto, se necesita más investigación antes de hacer recomendaciones dietéticas definitivas para el autismo.
En enfermedades como el lupus o en la esclerosis múltiple, hay poca evidencia que respalde la eliminación del gluten como una forma de tratamiento. Un estudio piloto publicado en Autoimmunity Reviews en 2019 exploró la relación entre la dieta sin gluten y el lupus, pero no encontró resultados concluyentes.
El gluten se está evitando en gran medida debido a la confusión y la falta de comprensión sobre las condiciones específicas que requieren una dieta sin gluten.
La evidencia científica actual sostiene que, salvo para aquellos con enfermedad celíaca o posiblemente SGNC, no hay necesidad de eliminar el gluten de la dieta. De hecho, los alimentos que contienen gluten pueden ser una parte importante de una dieta balanceada y saludable.