Superado el periodo electoral, el presidente Luis Abinader puede enfocarse en varias urgencias que tiene el país para poder continuar con su desarrollo económico, político y social.
La reforma fiscal luce como el punto principal en esa agenda, pues la República Dominicana no puede seguir adelante con sus planes macroeconómicos sin enfrentar ese trago amargo.
Para que esa reforma sea efectiva deberá atender problemas estructurales de años, pero su principal desafío será conseguir que la evasión fiscal sea reducida y que el sector público resista la tentación de imponer mayores cargas a quienes pagan con responsabilidad.
Otro punto a atender son las reformas a la Seguridad Social y al Código de Trabajo, ambas con dilaciones provocadas por los intereses políticos y por la negativa de los gobernantes a enfrentar la opinión pública y sus reacciones.
Por ahí quedó en deuda el Código Penal y el debate de las tres causales, así como temas de mejoría en educación, salud y seguridad ciudadana.
Abinader tiene un nuevo cuatrienio para dejar su legado, aunque tenga que restar puntos a su popularidad.