El Gobierno español esgrime un excesivo nivel de concentración bancaria en el país y el previsible impacto negativo en el empleo como principales argumentos para vetar la fusión que promueve el BBVA con el Sabadell y que le ha llevado a lanzar una opa hostil sobre el grupo catalán.
Tras el fallido intento amistoso del BBVA para absorber el Sabadell, entidad que ahora considera que tiene más potencial en solitario, el banco de origen vasco lanzó una oferta a todos los accionistas de la entidad catalana, con el objetivo de que puedan decidir su futuro.
El presidente del BBVA, Carlos Torres, defiende su propuesta porque beneficia, según su versión, a los accionistas de las dos entidades y a la sociedad en su conjunto, pues un grupo más grande será capaz de obtener mayores resultados y eso se traduciría en más crédito a familias y empresas y más impuestos para el país.
En el banco confían «plenamente» en que el Gobierno y el resto de entidades reconocerán el valor de la operación.
Sin embargo, el Ministerio de Economía dejó claro este jueves su rechazo a la opa hostil «tanto en el fondo como en la forma».
El titular de la cartera, Carlos Cuerpo, advirtió de que la última palabra sobre la eventual fusión la tiene el ministerio, después de que fuentes de su departamento trasladaran que la operación introducía efectos lesivos potenciales en el sistema financiero español.
- A ojos de Economía, supondría un incremento en el nivel de concentración que podría tener impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros, algo que el BBVA niega con el argumento de que la concentración no implica menor competencia.
Además, el Ministerio considera que un excesivo nivel de concentración introduciría un riesgo potencial adicional a la estabilidad financiera, si bien el Banco Central Europeo aboga cada vez más por la creación de grandes competidores bancarios europeos y ha llamado incluso en más de una ocasión a que haya fusiones transfronterizas.
Cohesión territorial
El tercer argumento del Ejecutivo es que la fusión afectaría también a la cohesión territorial por la presencia de estas entidades financieras en el territorio. La cuota de mercado del nuevo grupo sería muy significativa en regiones como Cataluña o la Comunidad Valenciana.
El presidente del BBVA respeta esas opiniones, pero recordó que existe el precedente reciente de la fusión de CaixaBank y Bankia, que creó en España un grupo mayor que el que resultaría de la unión del BBVA y el Sabadell, sin pasar por alto el «encaje estratégico» que el banquero defiende por la complementariedad de los negocios.
En cuanto al impacto en el empleo, cuestión que preocupa además de al Gobierno a los sindicatos, tanto el BBVA como el Sabadell acometieron recientemente ajustes de plantilla pactados con los representantes de los trabajadores, lo que reduciría el previsible impacto. EFE