En los últimos años, la comunidad científica ha estado cada vez más interesada en el papel que juega nuestra microbiota intestinal en diversos aspectos de nuestra salud.
Uno de los temas más sorprendentes y estudiados es la influencia de estos microorganismos en el metabolismo y, consecuentemente, en el control del peso corporal.
La pregunta que surge es: ¿puede la composición de nuestra microbiota intestinal ser la razón por la cual algunas personas encuentran difícil perder peso o tienden a ganarlo rápidamente?
La microbiota intestinal está compuesta por billones de bacterias que residen en nuestro tracto digestivo.
Estos microorganismos no son meros espectadores; participan activamente en procesos metabólicos esenciales, incluyendo la digestión de alimentos, la producción de vitaminas y la regulación del sistema inmune.
Investigaciones recientes sugieren que la diversidad y el equilibrio de estas bacterias pueden influir significativamente en la forma en que nuestro cuerpo procesa los alimentos y almacena grasa.
Un estudio clave publicado en la revista ‘Nature’ en 2006 por Turnbaugh y colegas demostró que los ratones que recibieron trasplantes de microbiota de donantes obesos mostraron un aumento significativo en la masa corporal en comparación con aquellos que recibieron microbiota de donantes delgados, incluso cuando consumían una dieta idéntica.
Este hallazgo sugiere que la microbiota intestinal puede afectar la eficiencia energética de los alimentos y la predisposición al almacenamiento de grasa.
La implicación para los humanos es igualmente fascinante. Investigaciones realizadas en humanos han mostrado que las personas obesas tienden a tener una composición diferente de microbiota intestinal en comparación con individuos delgados.
Por ejemplo, un aumento en la proporción de Firmicutes a Bacteroidetes (bacterias que forman parte de la microbiota intestinal normal) ha sido asociado con la obesidad.
Estos estudios indican que manipular la microbiota podría ser una estrategia viable para modificar cómo nuestro cuerpo maneja las calorías.
Sin embargo, la relación entre la microbiota y el peso corporal es compleja y está influenciada por múltiples factores, incluyendo la genética, la dieta y el estilo de vida.
Por lo tanto, aunque la evidencia es prometedora, no es definitiva. No podemos decir con certeza que la microbiota es “culpable” del aumento de peso en todos los casos, pero sí es un factor contribuyente significativo en muchos.
Además de los cambios en la dieta y el ejercicio, algunos estudios sugieren que los probióticos y los prebióticos pueden ser útiles en la modificación de la microbiota para favorecer un perfil más beneficioso para el control del peso.
¿Estamos ignorando los verdaderos peligros de la deficiencia y exceso de vitamina B12?
Un estudio publicado en ‘Science Translational Medicine’ en 2015 por Ridaura y colegas encontró que la administración de una cepa específica de probióticos resultó en una reducción del peso y la grasa corporal en humanos.
¿Cómo mejorar la microbiota? Desde lo más simple, incluir frutas enteras (no jugos) y verduras diariamente, evitar los alimentos procesados (cereales, dulces, embutidos), consumir suficientes proteínas, uso de probióticos ; hasta lo más complejo, revisión de microbiota mediante evaluación directa en heces, evaluar el sistema inmunológico y otras valoraciones.
En conclusión, la microbiota intestinal definitivamente juega un rol en el metabolismo y el peso corporal. Mientras que la ciencia continúa desentrañando cómo exactamente estos microorganismos influyen en nuestro peso, es claro que mantener una microbiota saludable podría ser clave en la gestión del peso a largo plazo.