El exdiputado por el Partido Revolucionario Moderno, Miguel Gutiérrez, fue condenado a 16 años de cárcel por narcotráfico y lavado de activos entre los años 2014 y 2020 (cuando pertenecía al Partido de la Liberación Dominicana que lo llevó como candidato a diputado por Santiago de los Caballeros).
Y aunque hoy los partidos que lo llevaron en su boleta reniegan de él (unos aprovechándose de los otros y endilgándoles la responsabilidad de tener un narcotraficante en sus filas) otros ilustres dominicanos lo defendieron a capa y espada como, por ejemplo, el reverendo Nelson Rafael Paulino de la parroquia San Bartolomé en Gurabo, quien remitió una carta al juez Roy K. Altman para que fuera “dócil” en su sentencia para el político y “empresario”.
¿Qué mensaje envía esto a la sociedad dominicana?
En medio de una crisis de valores en algunas áreas del país, vale preguntarse si figuras como un párroco o un presidente de una junta de vecinos, de Gurabo, dan un “buen” ejemplo para sus seguidores al tratar de favorecer a un narcotraficante confeso.
La verdad es que en política nada termina de sorprendernos por estos predios.