El precio del oro alcanzó este lunes un nuevo máximo histórico, cerca de los 2,354 dólares por onza, impulsado por los riesgos geopolíticos, las dudas sobre la política monetaria y las compras de los grandes bancos centrales.
El metal dorado, considerado un activo refugio en tiempos de incertidumbre, ha tocado los 2,353.95 dólares por onza en torno a las 14.30 GMT, según datos de Bloomberg, aunque después ha retrocedido hasta los 2,329 dólares.
El precio del oro ha marcado varios máximos consecutivos en las últimas sesiones y el pasado viernes sumó tres semanas al alza.
Según Sergio Ávila, de IG, la subida del oro es «una señal de que los inversores están buscando refugio ante la incertidumbre económica».
La solidez del mercado laboral estadounidense ha sembrado las dudas sobre cuando empezará la Reserva Federal a bajar los tipos de interés.
El presidente de la Reserva Federal de Mineápolis, Neel Kashkari, planteó la semana pasada que, si la economía resiste y la inflación no cede, quizás no sería necesario recortar los tipos este año.
«Los inversores están ahora pendientes de las próximas comunicaciones de la Reserva Federal, incluyendo las actas de su reunión de marzo y los discursos de sus funcionarios, que podrían ofrecer nuevas pistas sobre los posibles recortes de las tasas de interés», explica Ávila.
En su opinión, «los movimientos en los precios del oro serán un termómetro importante para medir la temperatura de la confianza inversora y la dirección de las políticas monetarias».
Además de estos factores coyunturales, los analistas siguen apuntando a las compras sostenidas de oro físico por parte de los bancos centrales, sobre todo el de China.