La refinería de Curazao reabre tras cinco años de cierre, con la expectativa de recibir el petróleo de Venezuela luego de una flexibilización de las sanciones de Estados Unidos contra Caracas, que sin embargo podría revertirse en dos semanas.
Con las costas venezolanas a unos 100 kilómetros, el crudo pesado del país caribeño ha sido tradicionalmente vital para esta refinería, que además fue operada por más de 30 años por la estatal PDVSA.
«Las sanciones que impusieron a Venezuela nos hicieron mucho daño» en las negociaciones aún en marcha para encontrar empresas extranjeras dispuestas a invertir en la reactivación de la Refinería di Korsou (RdK), dijo en una entrevista con la AFP su director, Patrick Newton. «Nuestra refinería siempre estuvo enfocada y diseñada especialmente para el crudo venezolano«.
Aunque tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, Venezuela produce unos 800,000 barriles diarios de crudo, un cuarto de los tres millones de barriles por día de hace más de una década.
«Son problemas realmente serios para nosotros», añade Newton. «Todo el mundo mira a Estados Unidos: ¿volverán a imponer las sanciones?».
Las elecciones presidenciales venezolanas están en el meollo de la decisión: Washington amenaza con reimponer sanciones por la inhabilitación de candidatos opositores para los comicios del 28 de julio, en los que el presidente Nicolás Maduro busca un tercer mandato de seis años.
El 18 de abril vencen las licencias del Departamento del Tesoro estadounidense para negociar crudo venezolano. Pero expertos consideran poco probable que la administración de Joe Biden vaya a dar marcha atrás en la flexibilización de sanciones, en un momento de crisis energética por la guerra en Ucrania.
El reinicio de operaciones de la refinería es «estratégico a nivel regional«, sostiene Newton, que busca retomar el rol de RdK como puerto de tránsito de crudo y combustibles en el Caribe hacia mercados internacionales.
El directivo destaca la paralización de otras refinerías caribeñas y las limitaciones del sistema de refinado venezolano, que puede procesar 1.3 millones de barriles diarios pero funciona a una fracción de su capacidad debido al desplome de la industria petrolera por falta de inversión y mala administración, con grandes escándalos de corrupción en los últimos años.
Petróleo por deuda
La refinería de Curazao, con potencial para refinar 360,000 barriles diarios, fue operada por Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 1985 y 2019, cuando venció el contrato de concesión en medio del colapso de la economía del país sudamericano. Previamente, desde su fundación en 1918, era manejada por el gigante neerlandés Shell.
La RdK y PDVSA firmaron en diciembre un convenio para que la estatal venezolana pague una deuda de 450 millones de dólares con crudo. El primer envío se espera en este primer semestre.
Con problemas de caja y una deuda total estimada en 15,000 millones de dólares, PDVSA tiene como práctica saldar con petróleo cuentas pendientes. Es el modelo aplicado con viejos socios como la estadounidense Chevron, Shell o la española Repsol, que pudieron operar otra vez en Venezuela después de la flexibilización de las sanciones estadounidenses.
El acuerdo entre RdK y PDVSA coincidió con la resolución de diferencias diplomáticas que mantuvieron cerradas las fronteras de Venezuela con Curazao, Aruba y Bonaire -islas caribeñas pertenecientes al Reino de Países Bajos como países autónomos- entre 2019 y 2023.
Los curazoleños «van a contar con unos hermanos venezolanos y su querida PDVSA«, celebró el presidente de la estatal venezolana, Pedro Tellechea, tras suscribir el convenio. «Tenemos que ver nuestras capacidades para poder seguir creciendo como hermanos».
«Plan B, C y D»
La RdK por ahora almacena combustibles que importa la curazoleña CUROIL para la demanda interna, al tiempo que avanza en adecuar sus instalaciones para su reactivación y busca financiamiento para proyectos de energía sostenible como un campo de paneles solares.
RdK firmó en 2023 un acuerdo por cinco años con la estadounidense Global Oil para producir asfalto que exportará hacia Estados Unidos. Será el primer paso.
«Está previsto que en septiembre iniciemos la producción», plantea Newton. «Produciremos 30,000 barriles diarios de asfalto. PDVSA solía producir 10,000″.
- Global Oil pidió a Estados Unidos una licencia similar a la que tiene Chevron, aunque puede contar con otros proveedores.
La RdK, además, firmó un acuerdo preliminar con Oryx Petroleum, de Catar, a fin de reabrir mayores áreas del complejo, con la idea de trabajar con petróleo de Venezuela.
«Tenemos plan B, plan C y D«, bromea Newton, no obstante, ante la posibilidad de que las sanciones se recrudezcan.