Faltando seis semanas para la celebración de las elecciones presidenciales y congresuales, se puede decir que se espera que en los próximos días se calienten los ánimos de manera considerable.
Así puede palparse si se toma en cuenta el discurso pronunciado por Miguel Vargas Maldonado hace siete días, el Lunes Santo en el que la alianza Rescate-RD trató de dar señales de unidad, pero al mismo tiempo atacó con todos los cañones al gobierno del presidente Luis Abinader.
Si hasta ahora la campaña había parecido dócil, es poco probable que se mantenga la misma tendencia, mucho más si se toma en cuenta que la oposición persiste en su teoría que atribuye la abstención de las elecciones municipales al poder malévolo del oficialismo para conseguir que la gente no acudiera a las urnas para votar por alcaldes y regidores.
Pero es necesario mantener la cordura, y recordar que, a pesar de las diferencias políticas, el país debe continuar.
Si algo ha demostrado la República Dominicana es que el mando político es cíclico y se debe procurar no romper la baraja para permitir que el juego pueda seguir en otra mano. ¿No creen?