El Gobierno dominicano ha sido bastante coherente en su posición con relación al tema haitiano y al manejo que ha tenido desde hace cuatro años con esa particularidad.
Extraña, entonces, que, a pesar de repetir lo mismo, una y otra vez, una y otra vez, todavía a esta altura de juego se siga repitiendo la misma perorata, contrario a todo lo que ya se ha establecido.
Lo acontecido la semana pasada con el tema de la oficina para inmigrantes de la Oficina Internacional para las Migraciones, dependencia de la Organización de lasNaciones Unidas, fue algo vergonzoso.
Quererle atribuir funciones que no tiene a dicha institución es solo un intento más de promover la ignorancia, las diferencias irracionales y hasta el odio.
La RepúblicaDominicana ha sido muy clara y firme en su posición sobre Haití: no hay solución dominicana para el tema haitiano.
Lo ha demostrado y pregonado en todos los escenarios posibles y ha rechazado cualquier intento de imposición que choque con la soberanía.
¿Cuál es la necesidad de mentir o crear fábulas que solo provocan más tensión ante una situación de por sí ya demasiado complicada?
¿Qué se gana con eso?