La tarde comenzó como una jornada alegre de carnaval en la provincia hermanas Mirabal.
La gente estaba contenta, el alcohol fluía, como acostumbra en estas fiestas mundanas, y el ambiente festivo en Salcedo estaba en su mejor momento.
Pero alguien decidió integrar un factor que hace años es ilegal en la República Dominicana, a menos que sea manejado por una empresa especialista en pirotecnia, con profesionales del área.
No está claro cómo comenzó todo, pero la explosión de una cantidad indeterminada de fuegos artificiales convirtió la tarde de fiesta en un infierno en la vida real.
Casi dos decenas de jóvenes, algunos de ellos muy menores de edad, vieron sus trajes de diablos cojuelos incendiarse y corrieron despavoridos, mientras las llamas consumían hasta su propia piel.
No había extintores, no había primeros auxilios, no había bomberos. Estos dos últimos llegaron, solo que muy tarde.
Al menos tres personas ya han fallecido, dos de ellos niños que no llegaban ni a los 10 años de edad.
La irresponsabilidad, la no observancia de la ley y el libertinaje son algunas de las causas. ¿Hasta cuándo?