La crisis política y social que afecta a Haití se va tornando cada vez más complicada y sin señales claras de que haya una solución positiva para ella en el futuro cercano.
Con el primer ministro Ariel Henry fuera de territorio haitiano y un gobierno de Estados Unidos que a finales de la semana pasada le pidió que acelerara el proceso de transición del poder, Haití no cuenta ni con la estabilidad ni con la institucionalidad suficientes para poder coordinar un proceso de elecciones reales.
La presencia del exgolpista y condenado por narcotráfico, Guy Philippe, lo único que ha generado es más caos en una nación que ya se encontraba al borde del precipicio por la preponderancia de las pandillas en su territorio.
La comunidad internacional sigue tratando el tema haitiano con paños tibios, que solo han servido para provocar más incertidumbre en una
población que urgentemente necesita ayuda.
En RepúblicaDominicana debemos mantener una posición coherente con nuestros intereses para garantizar nuestra seguridad y bienestar.