A lo largo de la insurrección antiesclavista en Saint Domingue (1791 y 1804), los revolucionarios no solo lucharon contra el ejército francés, sino también contra tropas inglesas y españolas que, tras la declaratoria de guerra de España e Inglaterra contra Francia, habían enviado varios contingentes de soldados con el fin de tomar control de la parte occidental de la isla.
Pero a medida que los antiguos esclavos triunfaban en su lucha para expulsar a los franceses, las fuerzas inglesas y españolas perdían terreno hasta que tuvieron que abandonar el Santo Domingo francés. Así las cosas, para 1800 ya Toussaint Louverture se había erigido en el máximo líder de la revolución, logrando el reconocimiento de las fuerzas francesas. Fue nombrado General en Jefe del Ejército de la República Francesa y, poco después, nadie menos que Napoleón Bonaparte le confirió el título de Gobernador General de Saint Domingue, aun cuando todavía los revolucionarios no controlaban todo el territorio de la parte occidental.
En 1801, Toussaint Louverture se arrogó atribuciones que no tenía y procedió a unificar el Santo Domingo español con el francés, en cumplimiento de lo estipulado por el tratado de Basilea de 1795. Ante el hecho cumplido, Napoleón y sus consejeros comprobaron que el líder revolucionario perseguía otros fines distintos de los intereses de la burguesía metropolitana, que simplemente aspiraba a recuperar su antigua colonia y restablecer el sistema de la esclavitud.
Mientras todo esto ocurría, el nombre indígena de Haití no había aflorado en la mente de los revolucionarios. En ninguno de los documentos, cartas y proclamas de Toussaint se encuentra el referido vocablo, ya que todavía en 1801 prevalecía el nombre de Santo Domingo. Así, en la Constitución de 1801, que rigió para toda la isla, se afirma que la isla de Santo Domingo “en toda su extensión” forma parte del Imperio francés; al tiempo que en el Art. 28 se consignaba que el “ciudadano Toussaint Louverture, General en Jefe del Ejército de Santo Domingo”, quedaba nombrado como Gobernador de la colonia “durante el resto de su gloriosa vida”.
Se sabe que Toussaint fue apresado en 1803 y enviado a Francia en donde poco después falleció aherrojado en una vieja prisión francesa. ¿Cuándo, pues, afloró el nombre de Haití para denominar al Estado fruto de la revolución? Parece ser que surgió en la víspera de la fundación de la República, y que fue iniciativa del redactor de la proclamación de independencia, el escritor Boisrond Tonnerre, uno de los asesores de Dessalines.
Había necesidad de diferenciarse radicalmente del dominador francés de suerte tal que los revolucionarios diseñaron una bandera distinta, desarrollaron una auténtica lengua criolla y también escogieron un nombre diferente del que usaba el antiguo dominador, lo que quedó establecido en la Constitución de 1805, en cuyo artículo 29 se lee: “La isla de Haití (antes llamada Santo Domingo) con las islas adyacentes que de ella dependen, forma la República de Haití”.