Hay que celebrar el logro de Adrián Beltré de haber sido seleccionado al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, New York. Los dominicanos debemos estar de fiesta de contar con un verdadero recinto de inmortales en el mejor béisbol del mundo.
Con su logro de ayer, Beltré, un tercera base fino y asesino con el madero, se convierte en el quinto inmortal dominicano, junto a Juan Marichal, Pedro Martínez, Vladimir Guerrero y David Ortiz, una lista que se engrosará en el futuro con otros nombres de alta gama, como es el caso de Albert Pujols.
El béisbol ha sido un motivo de orgullo nacional por décadas y esperamos que así se mantenga, a pesar del empeño de algunos inescrupulosos que intentan dañar su imagen con prácticas deshonestas, como es la manipulación de la documentación de edad de los prospectos de la pelota. No permitamos que esos personajes empañen lo que es una gran realidad, que los peloteros dominicanos son los mejores del mundo, dato que lo demuestra la capacidad que tenemos como nación de producir estrellas a pesar de ser solo 11 millones de habitantes en esta santa tierra.