La producción nacional de alimentos (primarios y procesados) se enfrenta a una presión progresiva debido a la competencia regional y extrarregional en productos básicos de la alimentación del dominicano y la competencia creciente de países de la región en productos exportables.
Los datos publicados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un informe titulado “Transformación del sistema alimentario en la República Dominicana: oportunidades para mejorar la inclusión de la juventud rural”, indican que el crecimiento robusto del consumo nacional, del sector turismo y de la demanda de Haití también genera la necesidad de incrementar la producción local de alimentos con alto nivel de competitividad frente a productos importados.
Añade: “Todo ello genera la urgencia de mejorar los niveles de productividad y competitividad de los productos primarios y agroindustriales alimentarios con la incorporación de nuevas tecnologías y procesos innovativos que impulsen el surgimiento de procesos de escalamiento tecnológico y productivo, y el fortalecimiento de las cadenas de valor vinculadas a los territorios rurales con miras a generar empleos de calidad”.
Además, señala que potenciar la producción alimentaria en los territorios rurales que favorezca a los jóvenes rurales solamente podría suceder como resultado de una atención robusta y decisiva orientada al desarrollo rural con visión territorial.
El documento apunta que, para ello, se requiere la incorporación masiva, sistemática y estratégica, de bienes públicos como infraestructura vial y de servicios, tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), investigación y extensión, sistemas de información, gestión del conocimiento, fortalecimiento organizativo para el negocio colectivo.
También, acuerdos comerciales, sistema de alerta para el cambio climático y datos censales agropecuarios, entre otros. Todo esto, indica el estudio, para mejorar la participación del territorio en el mercado y propiciar la adaptación a los impactos del cambio climático.
- Plantea que los jóvenes rurales tienen las mejores capacidades para incorporar tecnologías e innovaciones en los sistemas productivos agropecuarios.
Igualmente, precisa, que un sistema alimentario fortalecido abre oportunidades para la inclusión de los jóvenes rurales, en tanto cambia la naturaleza de los negocios de pequeña escala de carácter familiar y baja productividad a empresas con capacidad para incursionar en los mercados dinámicos nacionales e internacionales.
Restricciones financieras
Dentro de las reflexiones que hace la Cepal, señala que la pequeña escala y las restricciones financieras de la mayoría de los productores agropecuarios dominicanos hacen imposible que por sí solos puedan incorporar cambios tecnológicos robustos e innovaciones regenerativas en el sistema productivo, necesarios para enfrentar la reducida productividad, insertarse en los mercados dinámicos, mejorar los ingresos y, a la vez, adquirir mayor resiliencia para responder a las conmociones económicas y los desafíos del cambio climático.
Indica que las mejores posibilidades de éxito se encuentran en el desarrollo de empresas de productores de base solidaria (sean cooperativas u otro esquema asociativo) profesionalizada de carácter territorial, con capacidad para ofrecer asistencia técnica en la producción primaria, acopiar y procesar productos alimentarios, mercadearlo y comercializarlo hasta ponerlo a disposición de los consumidores finales.
Se trata, por tanto, de la necesidad de fomentar empresas cooperativas agroindustriales estructuradas verticalmente con capacidad para incursionar y ganar poder en el mercado de alimentos dentro de una o varias cadenas de suministro a escala regional, nacional e internacional.
Entiende que con ese esquema se abrirían nuevas oportunidades de empleo calificado a jóvenes y mujeres, ahora con mejores niveles educativos, más allá de la actividad productiva primaria en los territorios rurales.