El presidente Luis Abinader firmó un decreto para regular el uso de fondos públicos durante la campaña electoral, el cual calificó de “camisa de fuerza”.
La iniciativa presidencial es encomiable, sobre todo, si se tiene en cuenta que lo hace cuando el gobierno suele incrementar sus gastos publicitarios para posicionarse mejor entre los electores de cara a las elecciones.
Ahora, como dice el adagio popular, “de buenas intenciones está lleno el infierno”. El reto fundamental que tendrá este decreto será su aplicación en todas las esferas del gobierno y si las instituciones públicas aplicarán un régimen de consecuencias a sus violaciones.
Igualmente, preocupa que este decreto abra una vía exclusiva y un barril sin fondo a las plataformas digitales extranjeras, que a través de su publicidad programática copan los mercados y ponen en peligro a los medios nacionales.
Ese decreto debió incluir una referencia clara a que la mayoría de la inversión se hará en la prensa nacional y que, como mínimo, por cada dólar invertido en Google o Meta, lo mismo vendrá para los medios dominicanos que informamos al pueblo.