Comenzó la era de Napoleón Estévez Lavandier como presidente del Tribunal Constitucional (TC), tras su juramentación ayer al cargo. El magistrado asume su presidencia en medio de dos desafíos de alto nivel: llenar los zapatos de Milton Ray Guevara y despejar el clima político que se ha cuajado en torno a su designación.
Milton Ray Guevara fue una gran presidente y le dio carácter institucional a un foro judicial que carecía de arraigo en la estructura jurídica dominicana. Toca a Napoleón Estévez Lavandier solidificar ese logro y no comprometerlo. Cuenta con la capacidad y la entereza para hacerlo, a juzgar por su carrera judicial.
En cuanto al clima político, la propia juramentación ayer fue un ejemplo del malestar en los sectores opositores, quienes se ausentaron del acto realizado por el Consejo Nacional de la Magistratura en el Palacio Nacional. Napoleón Estévez Lavandier prometió en su mensaje de bienvenida al puesto que será independiente en sus juicios de cualquier consideración política, un compromiso que deberá llevar a la práctica con mucho celo, como hizo el propio Milton Ray Guevara, quien tras muchas suspicacias por su pasado político, logró superarlas con creces.