El crecimiento de los subsidios por parte del gobierno es para alarmarse. Si bien es una medida paliativa para bloquear la inflación y evitar explosiones sociales, lo cierto es que esa combinación de subsidios en demasía, con préstamos para solventarlos, representa un peligro para el país a largo plazo.
Las principales entidades económicas internacionales nos ha llamado la atención sobre esos programas de subsidios y el crecimiento de la deuda pública, dos factores que podrían comprometer el desarrollo económico dominicano.
El gobierno tiene que comenzar a quitar el pie del acelerador de los subsidios y centrarse en fomentar un crecimiento económico robusto y sostenido los próximos dos años, de modo que se pueda ir retirando esa práctica a corto plazo sin generar estallidos sociales.
No es sencillo lograrlo, claro que no, pero se hace urgente, así como es crucial embarcarse en una reforma fiscal que reestructure el gasto público, de modo que el futuro sea más promisorio y no esté condenado al desbalance.