“Navidad, Navidad, dulce Navidad”. Es la letra de uno de los villancicos más famosos en habla hispana, que versiona las melodías del popular “Jingle Bells”. Y, ¿qué mejor manera de volver realidad la canción que degustando los dulces navideños más famosos de cada país? He aquí un viaje con el que saborear las fiestas.
Buñuelos (México)
¿Has oído hablar de los buñuelos mexicanos? A pesar de su nombre, no debes confundirlos con los buñuelos que se realizan en otros países europeos, especialmente en España, como los buñuelos valencianos (elaborados en las fiestas de Fallas) o los buñuelos de viento (típicos del Día de Todos los Santos o Halloween).
Los buñuelos mexicanos son muy distintos a sus homólogos. Se trata de discos de harina fritos que se sirven normalmente acompañados de azúcar o miel. Su textura crujiente evoca una fusión de sabores navideños más pensada para el clima cálido de México… Porque la Navidad no siempre es invernal.
Bûche de Noël (Francia)
Si eres un amante de lo dulce, quizá quieras aventurarte a viajar a Francia estas Navidades o a probar en casa a elaborar alguna de las recetas del “Búche de Noël” o “bizcocho de la Navidad”.
Es un imprescindible en la oferta gastronómica del país durante estas fechas, puesto que los mejores chefs y maestros pasteleros hacen gala de sus habilidades culinarias para elaborar las más exquisitas versiones.
Con forma de tronco, inspirado en la antigua tradición de quemar un leño en el fuego en busca de la buena fortuna, se trata de un bizcocho con un peculiar sabor ideal para los paladares más golosos.
Pudding (Inglaterra)
El pudding inglés, que a su vez ha dado lugar a las múltiples versiones del pudding en el resto del mundo, ha ocupado un lugar de honor en la gastronomía británica desde sus orígenes medievales.
Y esto se intensifica más durante la época navideña, en la este postre elaborado a partir de frutas deshidratadas, como las ciruelas, y algún licor; se vuelve un imprescindible en las mesas de las comidas y cenas festivas.
En el pintoresco barrio de Covent Garden (Londres), a veces llevan la diversión al otro nivel con carreras de puddings equilibrados sobre las cabezas de los participantes: ¡El que deje caer su pudding, pierde! Una tradición que agrega un toque lúdico a la celebración.
Pavlova (Australia y Nueva Zelanda)
¿Australia o Nueva Zelanda? Estos dos países tienen muchas similitudes y diferencias y, en concreto, hay una de sus “disputas” que cobra fuerza en Navidad: el origen de la Tarta Pavlova, que los dos países se atribuyen.
Este dulce navideño es un pastel con base de merengue, cubierto con una generosa capa de crema y adornado con jugosos trozos de frutas como arándanos o frambuesas. Sin duda es una de las tartas más sabrosas para degustar en estas fechas.
Roscón de Reyes (España)
En España son varios los dulces que forman parte de la gastronomía navideña… Pero ninguno es tan especial como el Roscón de Reyes, que recibe su nombre en honor a los personajes bíblicos que le llevaron oro, incienso y mirra al Niño Jesús.
Y es que los Reyes Magos colman de regalos los hogares de los más pequeños la noche del 5 al 6 de enero, día en el cual el roscón se convierte en un desayuno imprescindible, acompañado muchas veces de chocolate a la taza.
Pero, realmente, su popularidad es tan grande que se degusta durante todo el periodo de las fiestas. Y es que este exquisito bollo, bañado en agua de azahar y cubierto por frutas escarchadas y azúcar glass o candy, tiene un sabor único.
Además, puede ir relleno (o no) de nata y, las versiones más modernas, prueban con otras variantes como la crema pastelera, la trufa o el dulce de leche.
Y dentro hay, además, una figurita sorpresa que, según la región, convierte al que la encuentra en el rey de la fiesta o en el que debe pagar el postre.
Lebkuchen (Alemania)
No podían faltar galletas en este recorrido por la gastronomía navideña a lo largo del mundo. Y, si se trata de galletas para estas fiestas, las Lebkuchen, son un dulce imprescindible.
Originarias de Núremberg, harán las delicias de los amantes de las especias, ya que cardamomo, jengibre, canela y nuez moscada se entrelazan en armonía. Después, se confitan con naranja y se sumergen en chocolate fundido.
Panettone (Italia)
Seguro que el sabor del Panettone ya lo conocen. Y es que se trata de uno de los dulces más imprescindibles en estas fechas y tiene su origen en Milán, Italia. ¡Ideal para degustarlo tomando un café en el Duomo! Pero también, para la mesa navideña de cualquier lugar.
Se trata de un bizcocho de pan estilo brioche, relleno de todo tipo de ingredientes. Los más típicos llevan pasas, frutas o pepitas de chocolate, pero también pueden hacerse con frutos secos u otros ingredientes.
Tarta Linzer (Austria)
¿Y si estas Navidades su regalo fuese un viaje en el tiempo? Para ello, solo necesitan un paladar y acercarse a la gastronomía austriaca, concretamente a la de la pintoresca región de Linz.
De ahí procede, y recibe su nombre, la Tarta Linzer, en la que los frutos secos, particularmente las almendras y avellanas son los protagonistas. Además, su sabor único se realza con confituras de frambuesa u otros ingredientes típicos de la zona.
Austria, más allá de su riqueza cultural y la belleza de su decoración navideña, alberga en su gastronomía delicias como esta tarta, que es una de las más populares entre los países centroeuropeos en esta época del año.
Apple Pie (Estados Unidos)
Sí, la tarta de manzana estilo americano puede disfrutarse durante cualquier época del año… Pero hay una variedad, en concreto, que cobra especial relevancia en Estados Unidos cuando llega la Navidad.
Elaborada con manzanas Granny Smith sazonadas y troceadas antes del horneado, su festín de sabores es protagonista indiscutible de las navidades neoyorquinas… Y es que toda excusa es buena para disfrutar de un Apple Pie.