El Aeropuerto Internacional de las Américas (AILA) se ha venido remozando para adaptar su infraestructura -operativa desde 1956- a la demanda aérea y a las modernizaciones que exige la industria aeroportuaria.
Su administrador, Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom), subsidiaria de Vinci Airports, dice que ha invertido 102 millones de dólares en obras desde el 2017, aunque la mayoría de las renovaciones las ha ejecutado en los últimos tres años, luego de que la demanda aérea se multiplicara hasta 11 veces después de la pandemia, creciendo hasta el 17 % en este 2023.
El cambio más evidente a simple vista es la construcción del atrio central en el segundo nivel del aeropuerto. Donde antes estaban las puertas de acceso al control migratorio -próximo a las recepciones de las aerolíneas- ahora hay una plaza de Super Fresh Market con diferentes opciones de almuerzo, meriendas y repostería.
Este es solo uno de los 33 comercios -entre tiendas y restaurantes- que han aflorado tanto en las zonas públicas como restringidas del aeropuerto.
Aunque la mayoría de ellas se tratan de franquicias internacionales, se observan algunas dominicanas como Café Santo Domingo, Pizzareli, Helados Bon, Rincón Caribeño y Farmacia Carol, entre otros.
Salas más reducidas
La habilitación de más espacios comerciales redujo las salas de espera de los pasajeros que deben hacer el check-in o aguardan por su vuelo fuera de las zonas comerciales en ambas áreas del aeropuerto.
Para la presidenta de Aerodom, Mónika Infante, lejos de verse afectada la operatividad del aeropuerto por estos cambios, se trata de una estrategia para agradar al pasajero.
“El pasajero busca sentirse a gusto en un aeropuerto. Busca encontrar algo qué hacer porque siempre tiene que esperar, relajarse, comer bien, y ese fue el objetivo que nosotros teníamos con esta plaza, que tiene, además, restaurantes con vistas a la pista”, resaltó Infante en una entrevista a Diario Libre.
En las zonas públicas, a los pasajeros se les permite hacer un auto check-in en unas máquinas habilitadas, y en las restringidas, hay pantallas dentro de los negocios libres de impuestos, en las que se despliega el itinerario de los vuelos.
Aerodom administra y opera seis aeropuertos dominicanos por un contrato de concesión que se vence en el 2030 y cuya concesión busca ser extendida hasta el 2066 con la renegociación del contrato propuesta por el Poder Ejecutivo y recién aprobada en el Congreso.
Esta iniciativa ha generado cuestionamientos por los limitados beneficios que el Estado ha recibido en los últimos 30 años.
Sin embargo, el gobierno lo ve positivo porque espera ingresos de entre 1,905 hasta 2,155 millones de dólares durante ese período, además de un pago inicial de 776 millones de dólares que fueron incluidos en el proyecto de Presupuesto General del Estado para el 2024, aprobado este miércoles en el Congreso por ambas cámaras legislativas.
Pequeño, pero digital
La reubicación de los espacios para favorecer el auge comercial en el aeropuerto significó también la reducción del tamaño del acceso al control migratorio, el cual tuvo que ser movido al tercer nivel. Sin embargo, Aerodom se ha valido de la tecnología para compensar estos espacios reducidos y agilizar los procesos.
La verificación manual de los pasaportes por parte de agentes migratorios fue reemplazada con la instalación de seis máquinas que automatizan su revisión.
Los administradores del aeropuerto también habilitaron dos controles de seguridad -uno por cada terminal- para los pasajeros de tránsito.
Aunque estas áreas se equiparon para separar a los pasajeros recurrentes de los que conectan con otros destinos y disminuir con esto los tiempos de espera, las áreas dispuestas resultan pequeñas para la afluencia de usuarios en horas pico, sobre todo, en la zona de tránsito de la terminal A. Así lo pudo constatar Diario Libre durante un recorrido guiado.
Para el director ejecutivo de Universal Aviation en República Dominicana, Danilo Rosario, a la parte migratoria de tránsito le hace falta aún más modernización para reducir la presión de esta creciente afluencia de pasajeros.
Actualmente, el AILA recibe una media de 15,000 a 16,000 pasajeros por día. Durante las horas pico, confluyen unos 2,400 pasajeros por hora.
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Ampliación de cinco puertas de embarque entre ambas terminales
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Instalación de sobretechos en terminal B
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Ampliación de locales comerciales en terminal B
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Extensión de 16 parqueos para aviones de carga
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Construcción de nuevos depósitos para couriers
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Construcción de cocina para catering
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Instalación de ascensores más amplios para personas en sillas de ruedas
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Corrección de filtraciones en techos de la zona norte
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Sillas en las áreas de espera (fuera de las zonas comerciales) viejas o en mal estado
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Plataformas de los maleteros pequeñas
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Losetas recién remozadas que ya se encuentran manchadas o con agujeros
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Cuarto de interrogatorio reducido, poco acondicionado y con pisos viejos
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Corrección de ventilación con aire acondicionado en áreas concurridas
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Extensión de más áreas de parqueo para vehículos más allá de los espacios ya habilitados
Aeropuerto El Higüero: recién remozado y a espera de crecer
Otra de las infraestructuras aeroportuarias administradas por Aerodom es el Aeropuerto Internacional La Isabela-Doctor Joaquín Balaguer, que enfoca el uso de su rampa de 21,600 metros cuadrados y su pista de aterrizaje de 1,600 metros en vuelos regionales, ejecutivos, privados y deportivos.
Air Century es una de las aerolíneas que opera dentro de estas instalaciones desde antes que fueran trasladadas desde Herrera a la comunidad de El Higüero.
Su director ejecutivo, Omar Chahín, afirma que todas las áreas operativas -la pista de aterrizaje, áreas migratorias, de Aduanas y de la terminal en general- necesitan ser ampliadas para incrementar su capacidad, y se requiere “de una inversión de envergadura que nunca se había hecho”.
Chahín explicó a Diario Libre que la terminal es muy pequeña para las poco más de 50 plazas que allí se movilizan, y están muy deseosos de que esta crezca, ya que la empresa se encamina a sumar dos aeronaves de 78 pasajeros y la terminal “no soporta” más de 150 pasajeros al mismo tiempo, ya que queda desbordada su capacidad de 50 a 60 pasajeros por hora.
En cuanto a las condiciones, dijo que hace alrededor de cinco meses que Aerodom arregló zonas de la infraestructura que estaban deterioradas, siendo los techos la más evidente. “Caía mucha agua dentro de las instalaciones, pero ya ellos lo arreglaron”, indicó.
Informó que los administradores prometieron poner en marcha algunas de las ampliaciones para el año que viene, aunque precisó que estos planes caminan de la mano con las extensiones de los servicios de las propias aerolíneas.
En efecto, Aerodom invirtió alrededor de 1.7 millones de dólares en mejoras a la terminal de aviación ejecutiva, expansión del parque solar y trabajos internos en el sistema de abastecimiento de agua potable.