El mes de diciembre ha sido muy interesante en el Congreso de la República Dominicanas, por la creatividad de algunos representantes de presentar iniciativas para temas específicos que ya existen en leyes formales desde hace muchísimo tiempo.
Por ejemplo, el senador Cristóbal Venerado Castillo, de Hato Mayor (PRM) presentó y fue aprobado en primera lectura, un proyecto de ley que sanciona hasta con 100 salarios mínimos a un motorista que calibre su motor en la vía pública.
¿Y de qué nos vale una ley nueva si no ha existido la disposición de hacer cumplir los mandatos de la ley 63-17 que regula todo lo relacionado con el tránsito en nuestro país, incluyendo el manejo temerario en el que cae “calibrar el motor”?
Igualmente, el congresista Agustín Burgos, diputado de La Vega (PRM) se dejó sentir el fin de semana cuando se dio a conocer un proyecto de ley para prohibir la venta y consumo de alcohol en lugares públicos, con el fin de garantizar el orden.
Pero ya existen leyes muy específicas para asegurar la paz y la tranquilidad, así como también evitar el caos.
¿Por qué no se cumplen esas, en vez de inventar algo nuevo?