La encuesta Greenberg-Diario Libre arrojó varios datos interesantes, que permiten deducir las que serán las próximas estrategias en la campaña política.
Lo primero es que el presidente Luis Abinader va sólido en camino a una reelección y que ningún partido de la oposición tiene la fuerza suficiente para desbancarlo, por lo que el escenario de la alianza opositora exhibe todo el sentido del mundo ante la fuerza del incumbente.
Entonces están los números de Leonel Fernández, cuya candidatura se ha solidificado con el paso del tiempo, lo que ha dejado atrás al candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Abel Martínez. De hecho, creo que la proyección del expresidente y candidato de la Fuerza del Pueblo viene a ser la gran sorpresa de la encuesta, por lo que no hay que temer decir que Leonel Fernández es el gran ganador de este sondeo electoral.
Abel Martínez, por su lado, se desinfla y su candidatura pasa por un mal momento, pues a menos de un año no logra tracción multitudinaria y las divisiones en su partido lo condenan a un tercer lugar, desde el cual sólo podrá negociar una aspiración a la vicepresidencia en segunda vuelta o, hasta podría ser posible, en una primera ronda.
Abinader, por su lado, puede respirar tranquilo en cuanto a la solidez de su liderazgo, pero recibió un mensaje claro de que no debe quedarse dormido, porque su triunfo en primera vuelta, que es a lo que aspira, no está seguro y luce comprometido. El mensaje de la oposición sobre el costo de la comida y la proyección del gobierno como un club de popis ha calado en la gente. Abinader y su gente no pueden, como la liebre de la fábula, tirarse a dormir en medio de la carrera presidencial. En ese grupo debe haber una sacudida, porque la alianza opositora no es para nada desechable en un escenario de segunda vuelta.
Creo que los números no descartan una victoria de Abinader en una primera vuelta. De hecho, sostengo la opinión de que lo logrará, pero se hace fundamental que el Presidente abandone la frialdad del estilo palaciego y se acerque a la gente, sobre todo, a la que sufre.