El Tribunal Constitucional de nuestro país enfrenta un gran reto al verse obligado a sustituir a algunos de sus principales jueces, incluyendo al presidente, porque han cumplido sus plazos en dicha corte.
Pero al escuchar a algunos de los aspirantes a esta alta corte, uno debe preocuparse por lo que le puede esperar a la nación, en términos jurídicos al escuchar las posiciones.
Llamó mucho la atención la entrevista que la procuradora Miriam Germán le hizo a la jueza Cecilia Inmaculada Badía Rosario.
Badía Rosario tiene experiencia como jueza penal e hizo referencia a un caso que conoció en Santiago.
Habló de un incesto, que trajo como resultado un niño que es a su vez, hijo de su abuelo y hermano de su madre.
Manifestaba la magistrada que hoy en día todo el mundo está contento con el niño.
Badía Rosario se identifica “provida” por encima de cualquier otra cosa y sin importar las consecuencias que eso le pueda traer.
Ciertamente, la Constitución dominicana protege la vida desde la concepción pero, ¿realmente queremos jueces que tomen decisiones en base a sus creencias por encima de lo que pueda decir la ley?