Al revisar las alianzas presentadas por los partidos políticos de la República Dominicana el lunes, podemos concluir, sin lugar a duda alguna, de que en nuestro país la política no tiene nada que ver con ideologías… ni cerca de tenerlo.
Aquellos que se ufanan de ser conservadores unidos a los que alegan ser revolucionarios, y al mismo tiempo los que antes decían ser de izquierda, a veces hasta radical y perseguidos por comunistas en su momento, hoy se codean con lo que más se asemeja a la extrema derecha local.
Quizás están copiando a Pedro Sánchez por allá en España, o están llevando al máximo la teoría de Maquiavelo de que el fin justifica los medios, pero dominicanizado se ha llevado al extremo.
Y es por eso que de repente hay que preguntarse si la intención es hacer cambios reales y echar el país “pa’lante” o si por el contrario solo beneficiar una parcela.
Quizás sea bueno tener de todo un poco, pero no hay forma de saber qué tan positivo sea que un grupo X no tenga, ni siquiera, una identificación real con temas.
Ni de medio ambiente, ni de economía, ni de educación, ni de deporte… ni de nada.