Las relaciones con Estados Unidos atraviesan un cordial momento, de acuerdo a las declaraciones de la oficina del presidente Biden. Sin embargo, hay temas subyacentes que podrían tener una evolución más positiva. O si se han hablado, la información debería ser compartida con más generosidad.
Estados Unidos no ha mostrado ninguna urgencia, ni siquiera necesidad, de nombrar un embajador. Las operaciones propias de la delegación diplomática no se detienen, es verdad. Pero no estaría de más entrar en la categoría de “países con embajador americano”.
Pero no se sabe nada de las conversaciones sobre los aranceles al arroz que dispone el DR-Cafta próximamente y que el presidente dominicano ha manifestado que no se aplicarán.
Tampoco cesan las investigaciones sobre las condiciones laborales de determinados sectores y cíclicamente surge el tema de la supuesta apatridia de los colectivos de descendientes de haitianos. Temas, todos ellos, de repercusiones importantes para el país.
Mientras las relaciones sean tan buenas como se describen, quizá no haya por qué preocuparse.