De nuevo Diario Libre se hace eco de una alerta ambiental. La Gina es una bahía declarada área protegida en 1995, con una extensión marina y terrestre de 52,86 kilómetros cuadrados, con una zona de amortiguamiento de 300 metros, en la provincia de El Seibo
Se trata de un espectacular ecosistema costero marino, con presencia permanente de manatíes, aves, tortugas, delfines y criadero de peces. Su gran tesoro, el exuberante manglar que es objeto, ahora, de una lenta pero continua depredación.
De forma sostenida, ganaderos y agricultores de la zona invaden el área protegida para sus fines productivos por tierra. Por mar, vehículos motorizados a gran velocidad se acercan excesivamente a la costa dañando el manglar, que, además, sufre incendios ocasionales.
Por la particularidad de su formación y por la diversidad de vida que alberga, con especies en peligro de extinción, el manglar es un ecosistema que tiene mundialmente una consideración especial. Cuidarlo es una obligación para nuestro país, obligación demasiadas veces descuidada. La Gina merece más.