La Asociación Popular de Ahorros y Préstamos y el Ayuntamiento del Distrito Nacional inauguraron ayer un proyecto que deberá ser replicado en toda la ciudad.
La movilidad del peatón en Santo Domingo es una hazaña. Pero para las personas con alguna discapacidad es un imposible. Del trabajo conjunto de APAP y el ADN ha surgido un modelo de intersecciones accesibles que rompen con esta deficiencia. Adecuar las aceras, los semáforos, la señalización vertical y horizontal a personas con discapacidad visual, auditiva o de movilidad es un acto de justicia.
Con una inversión de 30 millones de pesos y una labor conjunta se ha logrado recuperar un espacio público exactamente para lo que es: para acceso al público. Si se puede en una de las intersecciones más transitadas y complicadas de la ciudad, se puede hacer en todos los sectores.
La generosidad de APAP no se ha limitado a la esquina de la Máximo Gómez con 27 de Febrero, frente a su sede principal, sino que se expande hasta la Avda. San Martín hacia el norte y la Correa y Cidrón hacia el sur. Un ejemplo de responsabilidad social a imitar.