Los plazos de la JCE van avanzando y los partidos políticos sienten ya la presión de presentar unas candidaturas que, por lo que se filtra, están siendo más difíciles de cuadrar de lo que se esperaba.
Las grandes alianzas lucen más débiles de lo que se pretende dar a entender, las primarias no favorecieron a muchos de los que daban por seguro su puesto en listas y las candidaturas más apetecidas, como la senaduría del Distrito Nacional están en “veremos” en varias formaciones.
Hay partidos emergentes, o pequeños, que incluso dudan en si aliarse a una fuerza u otra, dejando claro que las uniones no las hace la ideología o el programa sino la oportunidad de llegar al poder arrastrados por unos u otros. El objetivo es llegar no importa con quién.
La democracia dominicana todavía es más sana y estable que la de la mayoría de los países que nos rodean y del continente. Pero ni la paz ni la libertad ni la democracia deben darse nunca por seguras. Las candidaturas son un buen termómetro de la calidad de nuestros partidos, los electores deben vigilarlas.