La Cámara de Diputados presentó muy oronda la primera edición de su revista institucional El Diputado. Se trata de un derroche de lujo impreso a full color, con relieves y en papel satinado.
La revista, en sus más de cien páginas, pone a brillar a los legisladores, quienes han mermado sus labores por el activismo de la campaña.
Solo sesionan una vez por semana, sin perjuicio de sus ingresos, aunque sí de la productividad. La comidilla a nivel del medio es de que no todo lo que brilla es oro.