El Distrito Nacional es una de las plazas políticas con más alternativas y donde los partidos mueven ya fichas. Natural que las especulaciones estén a la orden del día, muchas movidas por los interesados o sus allegados. Casi un hecho que la otrora efervescente política y ahora senadora, Faride Virginia Raful Soriano, sea enviada al banco. Sus números parecen provenir del Polo Norte: congelados.
Del mazo de cartas sale una baraja con la cara de Guillermo Moreno. ¿Será la de la suerte? Por otro litoral, verde como el de Federico, asoma Rafael Paz con rumbo hacia la Cámara de Diputados y no hacia la alcaldía. Esa fortaleza es difícil de doblegar y las apuestas favorecen a Carolina Mejía, si es que la basura no obstaculiza su reelección. Puede que Moreno tenga de frente un contrincante a cuyo padre le tiene ganas: Omar Fernández. El joven político ha ido de mucho a muchísimo, corriendo rapidísimo pese a que en la pista política calza plomo.
En persecución de la senaduría se verá si es corredor de fondo. Tiene mucho a su favor y es probable que, además de los verdes, le voten el resto del arcoíris y todos los colores de la paleta. Va con ventaja, porque al oído tiene los susurros paternales de un zorro político al que con comparan con Joaquín Balaguer. De tal palo tal astilla.