No es buena noticia que ayer, día previsto para la reapertura parcial de la frontera, del lado haitiano las puertas del mercado binacional de Dajabón permanecieran cerradas. El fuego que devoró 28 de los espacios destinados a comerciantes haitianos pudo ser fortuito, o provocado, la investigación lo dirá. Pero tampoco ayudó a arrancar la jornada del comienzo de la paulatina normalización del intercambio comercial .
De aquel margen del río Dajabón no parece que el cierre del comercio baste para flexibilizar la posición sobre el canal. Más interesa que se abra de nuevo la expedición de visas. Sin embargo, el daño a la economía local en el lado dominicano está siendo duro y no puede pensarse a largo plazo ni siquiera a mediano. La intermediación de la OEA para reanudar el diálogo se presentó en un momento como una vía necesaria. Hoy el canciller Álvarez participa en una sesión extraordinaria del Consejo permanente de la OEA, en un encuentro solicitado por la República Dominicana para explicar la situación creada por el canal.
Difícil equilibrio entre las palabras y las acciones.