Trimestralmente Diario Libre recoge los nombres y las historias de las mujeres asesinadas por sus parejas o familiares en la serie Ellas se llamaban. La intención desde que comenzó la serie, ha sido sacar del anonimato de las frías estadísticas de la violencia de género y recoger, gracias al trabajo de Margarita Cordero, la cara, el nombre, la vida de estas víctimas.
Los relatos se hacen especialmente duros cuando las asesinadas son adolescentes, apenas niñas. La violencia pone fin a unas historias que en muchas ocasiones encerraban otra violencia en vida: abusos en el hogar, violaciones a niñas trabajadoras, niñas estupradas por sus familiares.
Las instituciones encargadas de enfrentar el problema lo hacen. Nadie va a negar el esfuerzo pero obviamente es insuficiente.
A pesar de las alarmas, las campañas, las instituciones privadas y públicas que trabajan con ellas, la violencia de género, incluida la que se da en las escuelas, no amaina. No es cosa del pasado, de un grupo social o económico. Se da en todos los estamentos y generaciones. Una epidemia.