De exitoso compositor a político, Manuel Jiménez centró todas sus ambiciones en la alcaldía de un trozo del Gran Santo Domingo que ha tenido un crecimiento extraordinario en los últimos años. Se peleó con el PLD y terminó marchándose del partido con el que se identificó por muchos años.
Hasta que al final consiguió ser el jefe municipal de Santo Domingo Este. Lo suyo era un “derroche” de coraje y dinamismo que auguraban muchas noches triunfales. No la de anoche. Sin besos, ternura ni copas de vino para celebrar.
Terminó siendo el gran perdedor en las primarias del Partido Revolucionario Moderno, en un lejano cuarto lugar. La gestión de Jiménez ha sido un fracaso, con muchos munícipes inconformes entre los que figuran sus compañeros de partido.
Quedó demostrado que recoger la basura escapa a la creatividad musical, valga la nota. “El motivo es lo principal en una canción, y si eso se modifica, se pone en riesgo el éxito”, declaró una vez en una entrevista. Al parecer, se le olvidó aplicar el consejo en el cabildo.
Y como su merengue, ahora su carrera política se ha convertido en “Agua de sal”.
¿Hubiese salido la basura de celebrarse primarias para la alcaldía capitaleña?