Al gobierno del presidente Luis Abinader le queda, a partir de hoy, menos de un año de gestión.
En estos tres que pasaron no hay que menospreciar las complicaciones asumidas por la presente administración, que asumió como grupo novato en medio de una pandemia global, con sus complejos e inéditos desafíos, para luego enfrentar un complicado panorama económico mundial, motivado por disloques en las cadenas de distribución y la invasión de Rusia a Ucrania.
Hay que destacar que Abinader ha podido navegar entre la tempestad y sortear estos serios desafíos económicos, aunque la inflación sigue como el mayor carimbo de un proceso complejo, que ha dejado alzas en los precios difíciles de mitigar a nivel del pueblo.
También ha habido deudas. Al gobierno le queda lo que resta de mandato para definir compromisos asumidos en su campaña, como conseguir la aprobación del Código Penal con las tres causales incluidas. Igualmente, tiene que concretar proyectos de infraestructura que fueron prometidos con bombos y platillos, y procurar que la educación, la salud y la seguridad sean de calidad.