La firma del acuerdo entre el Ministerio de Educación y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) es positiva para el país y hay que saludarla.
Que el gobierno y el sector sindical hayan pactado la paz y se comprometan a mover el barco hacia la misma dirección, debe ser bien recibido por todos los sectores, pues lo único que puede hacer semejante logro es beneficiar la educación pública.
Es un acuerdo ambicioso y que requerirá del empeño de ambas partes para que se concreten todos sus puntos, pero apostamos a que la buena voluntad prevalezca y se llegue a puerto seguro.
Destacamos la labor del Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, como mediador y respaldamos el empeño del presidente Luis Abinader de dedicarle todo el esfuerzo posible a que la ADP y el Ministerio de Educación se pusieran en la misma página.
Vendrán semanas cruciales para que todo comience a moverse y los acuerdos se conviertan en realidades. La paciencia será determinante para no descarrilar la idea, así como una paz política en el sector que será muy complicado mantener.