El miércoles a tempranas horas del día, una mujer fue secuestrada en San Pedro de Macorís y poco tiempo después su familia recibió un mensaje de que debían pagar RD$10 millones para recuperarla sana y salva.
La señora Mirian Trinidad Santana fue liberada por sus secuestradores unas 12 horas más tarde, sin quedar claro si se pagó un rescate por ella o qué sucedió exactamente, mientras las autoridades y la propia víctima se limitan a decir que todo está en proceso de investigación.
Aunque la policía dice que no ha tenido reportes de casos similares en San Pedro de Macorís, Diario Libre supo de al menos un caso similar ocurrido en dicha ciudad en el 2023.
Lo sucedido con Trinidad Santana no puede quedarse en la simple nota de prensa que envió la policía.
La industria del secuestro es un problema extremadamente serio en otros países de América Latina, citando casos de México, Colombia y Haití como ejemplo, y donde históricamente sus ciudadanos y visitantes han tenido que vivir con el temor a ser víctimas de este mal.
Es urgente evitar que esa mala práctica se replique en la República Dominicana y se convierta en otro dolor de cabeza más con el que tengamos que lidiar.