La Asamblea de la OEA es un escenario sumamente adecuado para que se produjera el encuentro entre la delegación diplomática canadiense y la dominicana y terminar de aclarar la posición de ambos países sobre cómo reforzar la ayuda a la policía haitiana.
Importante, el párrafo del comunicado conjunto que resalta que los dos Estados reconocen que restablecer la estabilidad en Haití reducirá la carga desproporcionada sobre República Dominicana, su único vecino terrestre, incluyendo las tensiones sociales y la presión presupuestaria que se generan en los servicios sociales dominicanos.
Igualmente, el reconocimiento a nuestro país por las facilidades que continuamente presta a toda la región para sus interacciones en territorio haitiano.
Canadá parece interesado en mover ficha. Países africanos, como Kenya, han manifestado su disposición e enviar fuerzas policiales o militares para reforzar la lucha contra las bandas y devolver un poco de paz a la población.
La burocracia internacional es una maquinaria pesada y lenta. Haití ya ha llegado a un punto en el que necesita con urgencia una ayuda más directa.